Hace poco era el toro de la Vega; luego que si la nueva ley en Cataluña. Ahora una iniciativa para un referéndum para prohibirlo (prohibir por ley, otra gran tradición hispánica). Pero seamos sinceros, ¿hay mucha diferencia entre lo de la Vega y lo que se hace en las Ventas de Madrid? Bueno sí, pero vamos, es todo uva del mismo racimo.
Yo no estoy en contra de los toros. Folclórico, castizo, tradicional. Es como una misa, pero más calurosa y el protagonista de negro es más animal.
Toda la discusión de los toros viene de un malentendido. Por eso deberían ser reentendidos. Deberíamos reconfigurarlo como un deporte más. Junto a la esgrima y el boxeo, los toros. Es decir, un deporte en el que dos contrarios se enfrentan. Con esto podría parecer que la vida de un toro y la de un humano me parece lo mismo. No, ni muchísimo menos. Ahora, el humano es perfectamente consciente de lo que hace al meterse en un recinto semicerrado frente a una bestia enorme. El toro no. Yo, personalmente, no soy tan tonto como para ponerme frente a un boxeador de unos 150kg, dopado y entrenado y tampoco frente a una bestia de 200 kg con cuernos. Aunque claro, quién soy yo para juzgar lo que hacen otras personas. Allá ellos. Si juegas al fútbol hay posibilidades de que te tuerzas un tobillo o si tienes mala suerte te rompas algún hueso. Si saltas en puenting hay una pequeña posibilidad de que algo falle y contamines el río con tus fluidos. Si juegas a la ruleta rusa hay unas cuantas posibilidades de que haya que volver a pintar las paredes después. Que cada uno sopese el riesgo de ser torero.
En fin, que creo que habría que hacer algunos cambios. Estas son algunas propuestas, que no digo que sean buenas, pero se me han ocurrido a mí y éste es mi blog:
1. Igualar armas. Es una de las desigualdades y problemas más claros. Uno lleva una espada empuñada por manos con dedos prensiles. El otro lleva cuernos biológicos a ambos lados de la cabeza. Propongo dos soluciones: a) que dejemos en paz a los toros y empecemos a enfrentemos contra animales con dedos prensiles, por ejemplo monos, armados y rabiosos; b) que los toreros se coloquen las espadas en la cabeza, permitiendo que las lleven a ambos lados de la cabeza. Así no se harían tanto los chulitos. Si esto no se llevase a cabo, entonces...
2. Anulación de armas. Ya que los toros van al estadio sólo con sus atributos naturales, lo mismo debería ocurrir con los humanos. El hecho de que se permita usar terceras armas a uno de los participantes y a otro no, es como permitir carreras donde un corredor va en bici y otro a pie.
3. Igualación de expectativas. El hecho de que la cadena (la Sexta, Telecinco) proponga un día de luto nacional cada vez que pierde Alonso (al menos cuando solía ganar) es el ejemplo a no seguir. Igualmente no deberíamos esperar que el torero siempre gane ¿no? Unas veces se gana, otras se pierde y no hay tal dramón al decirle con deportividad sonriente a su viuda "lo que importaba era participar".
4. Igualación de equipo. ¿Qué es eso de que los humanos sean un montón y el toro uno? O convertimos esto en un deporte individual o en grupo, pero no podemos dejar que uno vaya sólo y el otro con un grupo de banderilleros, picadores, etcétera. Eso es un linchamiento. Se debería concretar un número fijo de participantes para ambos grupos: un matador/un toro, dos banderilleros/dos toros ayudantes, un picador (con caballo)/un toro (montado en un elefante). En caso de que lo del elefante no funcione se debería eliminar tanto el elefante como el caballo o dejar solamente un humano y un toro.
5. Anulación de asistencia médica. Es evidente que los toros no podrían dar primeros auxilios a un toro. Así que los primeros auxilios deberían anularse de una vez o que asistan a ambos contendientes. Pero eso no tendría mucho sentido y duraría más que una partida al Monopoly.
6. Igualación del contexto. ¿Por qué siempre se juegan los toros en casa de los humanos? Sería como hacer las olimpiadas siempre en China. Creo que la mitad de las veces se deberían jugar los toros en la vega, en un valle, en el campo, donde los toros puedan apoyar a sus conraciales y el participante se sienta mejor.
7. Igualación de público. Se debería permitir el paso a más toros a las gradas de los estadios humanos y viceversa. Eso igualaría la presión de torero y toreado. ¿Alguien entendería que sólo se dejase entrar a italianos en un partido Real Madrid-Milán jugado en Milán? Estamos ante un claro ejemplo de racismo.
8. Igualación de reconocimiento. Al igual que cada vez que muere un toreador se le hace una estatua, lo mismo debería ocurrir con cada toro muerto. Si no, no hay estatuas para ninguno. Los toros (o alguien) debería cortar las orejas y el rabo al torero en caso de que éste muriese y siempre según la calidad del partido. Y en los árboles cerca de donde pastan los toros se deberían colgar las cabezas de los toreros que perdieron.
9. Utilización de vocabulario más correcto. ¿Por qué se le llama "matador" o "picador"? Cambiaría la cosa si fuese al toro al que se le llamase "matador" y al torero solamente "humano" ¿no? Esas palabras crean una palabra unas expectativas de antemano. Deberían designarse como "contrincante bípedo" y "contrincante cuadrúpedo".
10. Igualación de ligoteo. Las famosas, cantantes y miembros de la nobleza deberían empezar a mantener relaciones sentimentales y sexuales con toros famosos para ver que no son racistas.
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