lunes, 23 de julio de 2012

Nicanor Parra y Luis de Guindos: de la antipoesía a la antieconomía

El siglo XX ha ido reventando cada una de las artes clásicas. Se redactó novela incomprensibles, se escenificó el teatro del absurdo, se ha compuesto música cacofónica, Calatrava nació y Nicanor Parra se inventó la antipoesía. ¿Qué es eso de la antipoesía? Como él mismo diría: "Y tú me lo preguntas, antipoesía eres tú."

Es otra vuelta de tuerca al vanguardismo poético: muerto el verso y la rima, se encarga de destruir también el vocabulario poético, los ritmos armónicos y casi cualquier característica que lo diferencie de otros tipos de texto. Es poesía irracional, en sus formas y su contenido. La crítica, la erudicción y él mismo se ha exaltado como escritor univeral. Como todo, al final se aburguesó y hasta terminó por aceptar el premio Cervantes.

Hoy el ministro de Economía Luis de Guindos ha asegurado que los mercados se comportan de manera irracional. Lo que en mi opinión no es otra cosa que decir: "no entiendo que están haciendo, cómo podemos cambiarlo o qué se puede hacer". O lo que es lo mismo, no es el Ministro de Economía, sino de Antieconomía. Así que aprendamos algo de poesía. O de antipoesía.

En su libro Poemas y antipoemas, se encuentra un poema titulado "Los vicios del mundo moderno", poema del que salen los siguientes versos (muy editados y recortados para el caso, podéis leer el original aquí) y de los que podremos entender un poco mejor al Gobierno y sus acciones:

Los delincuentes modernos
Están autorizados para concurrir diariamente
a parques y jardines
Procurando levantar un pequeño templo a la miseria.

Los vicios del mundo moderno:
Los trucos de la alta banca
La política internacional de piernas abiertas patrocinada por la prensa reaccionaria
La fatídica danza de los dólares
El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad.

Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida económica de los países
Mediante algunos mecanismos fáciles de explicar.
Entretanto los sabios, comidos por las ratas,
Se pudren en los sótanos de las catedrales,
Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía.

El mundo moderno es una gran cloaca:
Los restoranes de lujo están atestados de cadáveres digestivos.
Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando la miserable costilla humana.

Seguir leyendo este post...

miércoles, 11 de julio de 2012

2011-2012: del 15M a la Marcha Negra

El año pasado escribí que el 15M era el hecho político español más importante desde el Renacimiento. Y ¿sabéis qué? Me equivocaba. Durante los meses de mayo y junio del 2011 vivimos un sentimiento de revolución. #SpanishRevolution se llamó en sus inicios. Cabalgábamos una revolución y hasta la exportábamos: a Francia, a EEUU, a Alemania... España había encendido la chispa de la revolución mundial.

Poco queda de ese sentimiento revolucionario. El 15M no consiguió sus objetivos políticos. ¿No ha servido de nada? Desde luego que sí: ha permitido poner en contacto a miles de personas comprometidas, creativas y activas. Desde entonces se han creado nuevas asociaciones de vecinos, asociaciones culturales, proyectos editoriales, grupos de consumo, bancos de tiempo o mercadillos de trueque. La expansión de empresas con mínimos éticos como Triodos o Ecosecha es en parte debido a esta nueva realidad.

Pero no salimos a las calles para eso. Lo hicimos para reclamar más democracia, independencia de los poderes políticos, justicia independiente y despolitizada, que la crisis la pague el sector financiero y no la mayoría de las personas. Y de eso no hemos conseguido absolutamente nada. La situación ha empeorado notablemente: Bankia, constitución, amnistía, Camps, nueva ley electoral, IVA... En 2011 los votantes del PSOE desconfiaban del partido y los votantes del PP soñaban con Rajoy en la Moncloa; en 2012, los socialistas siguen igual y los votantes del PP se han quedado con cara de gilipollas.

El 15M cometió errores. Pero también tuvo muchas virtudes. Podría haber sido una verdadera revolución si los políticos hubiesen tenido oídos o un sentimiento nacional más allá de aplaudir con las aletas cuando gana la Roja. Somos un país demasiado embrutecido como para que un movimiento urbanita, integrador, pacífico, en parte digital y poético como el 15M cambiase la política. A Pascual Duarte el 15M se la suda. Así que la protesta se tiene que buscar otras maneras.

Ayer fue la Marcha Negra y podía haber dicho aquello de "el mundo ha cambiado, lo siento en el agua, lo huelo en el aire". "Viva la lucha de la clase obrera", puños alzados, muchas más banderas republicanas, sindicatos... Hasta había gente con los huevos el valor de llevar banderas del PSOE. Los comentarios y twitts que coquetean y sueñan con guillotinas y voladuras se van multiplicando. La manera con la que los mineros consiguen enfrentarse a la policía se percibe como algo envidiable y necesario. Incluso el cambio entre las marchas coloridas (verde: educación; agua: CYII; blanco: educación) a la marcha negra refuerza el ambiente de mayor tensión.

Me equivoqué: el 15M no fue tan importante, tan histórico. En lo que sí sigo creyendo es que lo mejor que podría haber ocurrido era que ocurriese una "refundación política y estatal, incluida nueva constitución. Desde 0, de abajo a arriba". Porque (y ojalá me vuelva a equivocar) yo ya no creo que haya una solución constructiva e integradora; vislumbro que la situación tiene dos maneras de desarrollarse. La primera: que España se hunda en una depresión no ya económica sino espiritual que anule la protesta. La segunda: que los movimientos de protesta adquieren un carácter mucho más duro y violento ante la desesperación. Elijan su opción.

Seguir leyendo este post...

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails