"El muro catalán" o "la Diada berlinesa"
A finales del año 1989 en Berlín y otras ciudades de la República Democrática Alemana (por ejemplo Leipzig) tuvieron lugar una serie de manifestaciones que reclamaban, entre otros, el libre movimiento entre las dos Alemanias y mayor democracia. El grito de guerra de aquel momento fue: "Wir sind das Volk". Que traducido a neto castellano sería 'Somos el pueblo'.
La repercusión política a nivel nacional, europeo y mundial que consiguió (y que Alemania del Este compartía con otra repúblicas que estaban bajo la tutela de Moscú) animó a los manifestantes a continuar y a profundizar sus peticiones. Semanas después el mensaje se modificó: "Wir sind ein Volk"; 'Somos un pueblo'. El muró cayó un día como hoy, poco después el pueblo conseguía participar en elecciones; y un poco más tarde los dos Estados se reunificaban en en un país. Se había conseguido: el pueblo en un pueblo.
En 2011 en España hubo un movimiento que también dijo a su manera 'Somos el pueblo'. En concreto dijo cosas como "Que no nos representan", "Lo llaman democracia y no lo es", "Democracia Real Ya"... Se reclamaba mayor independencia, transparencia y participación democrática. Las viejas etiquetas ya no valían y el movimiento irritó a las cúpulas de los Socialistas, independentistas de izquierda o caciquesas liberales. Se consiguió atención mediática, pero los poseedores de poder político (los que se iban y los que llegaban) ignoraron y ridiculizaron las peticiones.
Después de manifestarnos durante meses, en 2012 el mensaje ha cambiado. El 11 de septiembre de este año en Barcelona se lanzó el mensaje: 'si no somos el pueblo, no somos un pueblo'. Y no me refiero a CiU y sus piruetas electoralistas. Sino a muchas personas que perciben el Estado español como un coche político con siniestro total, chatarra histórica. Y esas personas no solo se encuentran en Cataluña o en el País Vasco, pero en esos territorios ese sentimiento pueden canalizarse mediante el nacionalismo. Tengo la sensación de que los niveles de corrupción o de participación democrática no serían notablemente mejores que en el Estado actual: ¿ya se nos ha olvidado la genial idea de los 6 parques temáticos deMás?, pero da igual: se necesita algo nuevo y desde luego la solución no es España.
España y Cataluña son una fotografía invertida (con ciertas diferencias) de la Alemania Federal y la Alemania Comunista con veintipocos años de diferencia. Porque como dijo Jorge Luis Borges:
"Deutsches Requiem"
La repercusión política a nivel nacional, europeo y mundial que consiguió (y que Alemania del Este compartía con otra repúblicas que estaban bajo la tutela de Moscú) animó a los manifestantes a continuar y a profundizar sus peticiones. Semanas después el mensaje se modificó: "Wir sind ein Volk"; 'Somos un pueblo'. El muró cayó un día como hoy, poco después el pueblo conseguía participar en elecciones; y un poco más tarde los dos Estados se reunificaban en en un país. Se había conseguido: el pueblo en un pueblo.
En 2011 en España hubo un movimiento que también dijo a su manera 'Somos el pueblo'. En concreto dijo cosas como "Que no nos representan", "Lo llaman democracia y no lo es", "Democracia Real Ya"... Se reclamaba mayor independencia, transparencia y participación democrática. Las viejas etiquetas ya no valían y el movimiento irritó a las cúpulas de los Socialistas, independentistas de izquierda o caciquesas liberales. Se consiguió atención mediática, pero los poseedores de poder político (los que se iban y los que llegaban) ignoraron y ridiculizaron las peticiones.
Después de manifestarnos durante meses, en 2012 el mensaje ha cambiado. El 11 de septiembre de este año en Barcelona se lanzó el mensaje: 'si no somos el pueblo, no somos un pueblo'. Y no me refiero a CiU y sus piruetas electoralistas. Sino a muchas personas que perciben el Estado español como un coche político con siniestro total, chatarra histórica. Y esas personas no solo se encuentran en Cataluña o en el País Vasco, pero en esos territorios ese sentimiento pueden canalizarse mediante el nacionalismo. Tengo la sensación de que los niveles de corrupción o de participación democrática no serían notablemente mejores que en el Estado actual: ¿ya se nos ha olvidado la genial idea de los 6 parques temáticos deMás?, pero da igual: se necesita algo nuevo y desde luego la solución no es España.
España y Cataluña son una fotografía invertida (con ciertas diferencias) de la Alemania Federal y la Alemania Comunista con veintipocos años de diferencia. Porque como dijo Jorge Luis Borges:
"También la historia de los pueblos registra una continuidad secreta."El Aleph:
"Deutsches Requiem"