El país de Pascual Duarte
"Yo, señor, no estoy en bancarrota, aunque no me faltarían motivos para estarlo". Ese es el comienzo de la novela El país de Pascual Duarte, la versión nacional de la obra de Cela. El protagonista del libro es un hombre español, de carácter fuerte y desequilibrado, que marca el destino de su país (como ya lo había hecho con su familia).
"Hay países a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y países a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos". El protagonista sabe que no es fácil, pero ejerce de Presidente. En parte, por su familia. Su hermano pequeño, el sector inmobiliario, nació con un fuerte retraso mental y físico; un día apareció ahogado, con la cabeza metida en una tinaja de aceite. "Las más grandes crisis de los hombres parecen llegar como sin pensarlas, con su paso de lobo cauteloso", asegura el protagonista. Y eso es el comienzo.
Poco después un par de cerdos le comen las orejas a su Constitución. Después de meses de embarazo, sus reformas laborales (¿3 en los últimos años? ¿4?) nacen muertas. Algunos trabajadores del pueblo se declaran en huelga y él los encierra en un cuarto hasta que se mueren de rabia (esa historia siempre le hace reír). Sus ciudadanos se manifiestan contra sus decisiones; él, tranquilo, abre su navaja y se la clava en el ojo (imagen). "Los votantes son como los grajos, de ingratos y malignos". Le gusta cuando las personas se ponen nerviosas y violentas, le excita: "La muerdo hasta la sangre, hasta que la población está rendida y dócil como una yegua joven". Y vuelve a violarla.
La única que le calma es su hermana, la banca; a pesar de que le trata a él como a un perro. En el libro él asegura de ella que "si bien no era tonta, más hubiera valido que lo fuese; servía para todo y para nada bueno". Cada poco tiempo ella desaparece, golfea con cualquiera y después vuelve, rota y empobrecida, a llorar a su hermano. Y él siempre la rescataba, otra vez, hasta la siguiente vez que le robase. "¡Pobre banca, qué vida de desgraciada lleva con lo buena que es!". Ella tiene varios chulos que "no tenían mejor oficio que su pasta, porque, como la banca es tan mema, los mantiene, y ellos prefieron no trabajar", dice él siempre.
Él tiene un carácter fuerte e incluso violento (imagen), pero quiere solucionar la crisis con buenos valores. Siempre que ve a don Manuel, el cura, lo saluda y le besa la mano. Lo seguía haciendo aunque su hermana le dijese que haciendo esas cosas parecía marica. Siempre decía que lo que decía don Manuel no lo entendía muy bien, "aunque debe ser verdad porque a verdad suena". Además del cura, cuidaba mucho de sus amigos, y del bar. Los bares, eso es lo que consigue dinero de verdad. Quería crear un bar enorme para que viniesen turistas y dejasen ahí su dinero. Que entre ellos hubiese ladroncillos no le preocupaba, esos también necesitaban alcohol y putas, y siempre se podría crear una amnistía.
Eso trae dinerito, y rápido. Y no con los intelectuales. En el libro asegura que la educación no era lo más importante para el país: "para no salir en la vida de pobre, no valía la pena aprender nada". Una vez se reunió con una representante de la investigación. La científica le echó en cara que recortase en educación e investigación. "Cogí la escopeta y disparé; volví a cargar y volví a disparar. La perra tenía sangre oscura y pegajosa que se extendía poco a poco por el suelo", según aparece en el libro.