sábado, 28 de marzo de 2009

La UE a pesar de los checos

La UE, hidra de tres cabezas (Parlamento, Consejo y Comisión) ha perdido una de ellas. La checa, la nacional. Pero tenemos que tener piedad con ellos. No se le puede pedir a un Segismundo Checo de la Barca que se comporte correctamente en el palacio de Bruselas cuando ha estado tanto tiempo en la mazmorra euroescéptica de Praga.

Si el Presidente Klaus ya era malo, el Primer Ministro checo, Topolanek, ha resultado la versión europea de Fidel Castro: con demasiados ojos encima de él, atacando a los EEUU con mal gusto y con un poder casi nulo.

Y de pronto, esa gran broma continental, Entropa, se les cae sobre su propia cabeza. Al final resulta que el juguete de plástico no era el resto del continente como ellos decían, sino la Presidencia rotativa checa del 2009 y el último héroe de acción Topolanek. Presidencia, por cierto, que no la volverán a recibir (si es que sigue existiendo) a finales de la década de 2020.

Como dice hoy el ABC en su editorial:

"Si faltaban argumentos para insistir en la necesidad de una presidencia estable para el Consejo Europeo, lo que ha ocurrido en estos tres últimos meses habrá persuadido a los últimos escépticos".

Sálvamos Tratado de Lisboa.

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