viernes, 7 de septiembre de 2012

Jordi Évole entrevista a Cervantes sobre Eurovegas


Hace unos meses Jordi Évole realizó un programa que se titulaba "Cuando éramos ricos". Poco después hizo lo que se podría entender como la continuación: "Cuando éramos cultos". En esos dos programas hacía una guía por las construcciones más absurdas en los últimos años de España: paradas de tren sin pasajeros, aeropuertos sin aviones, Calatrava en su explendor o bibliotecas sin libros que dan y orgullo y esplendor a la barbarie hispánica.

Esta semana desayunamos con la noticia de que un presunto macrochapero ha decidido montar su siguiente mancebía en Madrid y no en Barcelona. Artur Mas, despechado y caliente por el día de Cataluña (que será la semana que viene), anuncia hoy que a cambio levantará 6 parques temáticos. Y que los 6 estarán cerca entre ellos. Y cerca de otro parque de atracciones que ya existe. Promete hoteles y casinos. Y están por caer los tickets para que en tu primera visita te hagan una mamada gratis.


España (y en eso Cataluña es muy española) no sabe invertir. Los señores con dineros se pirrian por cosas grandes, brillantes y ególatras. Lo peor no es pensar que la crisis no nos ha enseñado nada. Lo peor es comprobar que es un defecto histórico crónico.

El Monasterio de el Escorial se construyó para demostrar la superiodad religiosa y gubernamental hispana. Aunque hoy en día haya pasado a ser una visita de día para el turista en Madrid (por debajo de Toledo o Segovia, pero por encima de Alcalá o Aranjuez), en su momento fue símbolo de exaltamiento patriótico. Góngora señalaba en un soneto que era:
"Religiosa grandeza del Monarca
Cuya diestra real al Nuevo Mundo
Abrevia, y el Oriente se le humilla."


Pero la poesía también nos ha dejado muestras de otras construcciones menos duraderas y más criticadas. Miguel de Cervantes, que aparece en ciertas monedas de nuestros euros, criticó el despilfarro para construir un monumento erigido dentro de una iglesia. Hoy podemos retomar sus palabras para criticar a Esperanza Aguirre o Artur Mas:
"Voto a Dios que me espanta esta grandeza."
En el mismo soneto el institucionalizado Cervantes se quejaba del coste de las piezas, y todo para costear una estructura que no aguantaría demasiado tiempo:
"Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo"
¿Y vosotros qué pensáis? ¿Durará Eurovegas un siglo? ¿Y Barcelona World? ¿Y la economía española se aguantará a sí misma?

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