sábado, 4 de abril de 2009

Un mundo diferente para el S.XXI

Muchas cosas han pasado estos días, muchas cosas parecen cambiar. Y parece que la Cumbre del G20 no ha sido un fracaso, como se olía.

La idea de crear listas negras y grises de paraísos fiscales parece que ha hecho efecto en todo el mundo, desde Manila hasta Montevideo, pasando también en los países europeos. Sería bonito ver que todos esos grandes egoístas mundiales tuviesen que meter su dinero en las cuentas de estados normales, con impuestos normales. Ahora buena parte de la responsabilidad la tienen las poblaciones de esos países, que tienen que votar a quien mejor pueda dirigir ese proceso.

La cumbre del G20 parece que ha sido un triunfo y la mayoría de la prensa lo muestra así. Hablan de la vuelta al multilateralismo y en ELPAÍS se va más allá y habla de un incipiente Gobierno mundial. Algo muy grande que no sé si da miedo, susto o alegría. Mis amigos los apocaliptistas (Mormones, Testigos de Jehová y tantos prostestantes) se tienen que estar frotando las manos.

También nos congratulamos que esto haya ocurrido en el G20 y no en el G8, es decir, que se cuente con los países emergentes también. Claro que me pregunto: ¿Y por qué no ha ocurrido en el G192? Es decir, la ONU. Parece que nos dirigimos a un tipo de globalización en el que la ONU es un centro folclórico y teatral, mientras que las decisiones reales se toman por un élite de países sin un Consejo General ni una estructura definida. Esto pasa por no haber renovado la ONU cuando había que hacerlo.

Otro tema, la OTAN. Al danés Rasmussen Berlusconi lo señaló como el Primer Ministro más atractivo del mundo. Pero a Turquía no le seduce. Eso de que Turquía lo rechace puede ser un farol en clave nacional. Es decir, lo rechazo para que mi población vea que me quejo y tal, pero dentro de unos días/semanas lo acepto. Y ojalá que sea así. Esto puede ser un arma muy afilada en contra de su candidatura en la UE. Si la población y los políticos de la UE perciben que Turquía sería un miembro del tipo la República Checa de Klaus va a ser muy difícil que entre.

La OTAN, esa querida y odiada alianza que se creo diciendo "no sabemos lo que somos, pero sabemos lo que no somos". En lingüística se diría que tiene el rasgo "-comunista". Y claro, cuando ya apenas hay comunistas, la OTAN se queda sin descripción posible. Los rasgos distintivos se han neutralizado. Hay que evolucionar a otra cosa y me ha gustado el artículo de José Enrique de Ayala, en el que señala que la OTAN debe cambiar a una alianza entre EEUU, la UE, Canadá y otros países europeos no miembros de la UE. Es decir, que los países de la UE formen un bloque militar y que ese bloque se vincule con EEUU de tú a tú. Idea que Sarkozy tiene en la cabeza desde hace tiempo. Lo cual me hace pensar que la vuelta a la estructura de la OTAN no es más que un caballo de Troya. Que su verdadero objetivo es tener más influencia para concretar el bloque europeo militar.

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