La Multinacional
Hay un grupo de políticos, profesores de universidad, banqueros, periodistas y demás gente influyente que me preocupa. Son parte de una multinacional con una fuerte presencia y una importante cadena de establecimientos en España. La mayoría de sus cargos de responsabilidad son ancianos que deberían estar jubilados y votan al PP en una tradición que se remontan a mucho mucho antes que la democracia.
Son de derechas, pero, curiosamente, sus prácticas sexuales son totalmente anómalas y no cogen a nadie que no tenga exáctamente esas mismas prácticas retorcidas, incluso en trabajos de menor importancia. La mayoría piensa que una enorme crisis económica y humana va a ocurrir. Una especie de catástrofe natural colosal y no hacen nada en su contra. Tienen un director general al que eligen en una asamblea que dura semanas. Se meten en sus oficinas durante días y no se ponen en contacto con nadie: ni llamadas, ni emails, ni visitas. No es democrático y nadie sabe qué hay que tener para ser el jefe. Creen que ellos son la única vía para la sociedad y que la oposición y la competencia sólo tiene dos opciones: desaparecer o ser absorvidos por ellos. Creen que es peor que ilegal o inconstitucional que les critiquen.
Escriben informes sobre unos semidioses suyos que, según ellos, fueron asociados en el pasado. En un pasado en el que mataron y torturaron disidentes. No se sabe si apoyaron las dictaduras fascistas o si las dictaduras fascistas los apoyaron a ellos.
Se llama Vaticano, palabra italiana (con pronunciación romana) que en español se traduce por Conferencia Episcopal.
Enhorabuena a Bélgica, sobre todo si, como piensa el Vaticano, ha intentado intimidarlo.
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