miércoles, 9 de diciembre de 2009

"Barcarola" de Pablo Neruda, una lectura sexual

Uno de los mayores placeres que da el blog es que uno puede decir cosas que en otros sitios no le dejan. Es lo bueno de ser el único responsable. Aunque claro, si cometes un error los marrones te los comes tú solito.

En fin, que me han cortado las alas y la lengua en una lectura que quería hacer mañana en clase del poema "Barcarola". Vengo a contárosla a vosotros, aunque entiendo si hoy no me queréis escuchar. Y si me leéis y pensáis que lo que digo es una tontería, tranquilos, la mayoría de la gente con la que he compartido esta idea está de vuestro lado. Primero leamos el poema, publicado en el libro de Pablo Neruda Residencia en la tierra, del que ya hablamos aquí:

Si solamente me tocaras el corazón,
si solamente pusieras tu boca en mi corazón,
tu fina boca, tus dientes,
si pusieras tu lengua como una flecha roja
allí donde mi corazón polvoriento golpea,
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo,
sonando como sueños o ramas o lluvias,
o bocinas de puerto triste;
si tú soplaras en mi corazón, cerca del mar,
como un fantasma blanco,
al borde de la espuma,
en mitad del viento,
como un fantasma desencadenado, a la orilla del mar, llorando.

Como ausencia extendida, como campana súbita,
el mar reparte el sonido del corazón,
lloviendo, atardeciendo, en una costa sola,
la noche cae sin duda,
y su lúgubre azul de estandarte en naufragio
se puebla de planetas de plata enronquecida.

Y suena el corazón como un caracol agrio,
llama, oh mar, oh lamento, oh derretido espanto
esparcido en desgracias y olas desvencijadas:
de lo sonoro el mar acusa
sus sombras recostadas, sus amapolas verdes.

Si existieras de pronto, en una costa lúgubre,
rodeada por el día muerto,
frente a una nueva noche,
llena de olas,
y soplaras en mi corazón de miedo frío,
soplaras en la sangre sola de mi corazón,
soplaras en su movimiento de paloma con llamas,
sonarían sus negras sílabas de sangre,
crecerían sus incesantes aguas rojas,
y sonaría, sonaría a sombras,
sonaría como la muerte,
llamaría como un tubo lleno de viento o llanto
o una botella echando espanto a borbotones.

Así es, y los relámpagos cubrirían tus trenzas
y la lluvia entraría por tus ojos abiertos
a preparar el llanto que sordamente encierras,
y las alas negras del mar girarían en torno
de ti, con grandes garras, y graznidos, y vuelos.

¿Quieres ser fantasma que sople, solitario,
cerca del mar su estéril, triste instrumento?
Si solamente llamaras,
su prolongado són, su maléfico pito,
su orden de olas heridas,
alguien vendría acaso,
alguien vendría,
desde las cimas de las islas, desde el fondo rojo del mar,
alguien vendría, alguien vendría.

Alguien vendría, sopla con furia,
que suene como sirena de barco roto,
como lamento,
como un relincho en medio de la espuma y la sangre,
como un agua feroz mordiéndose y sonando.

En la estación marina
su caracol de sombra circula como un grito,
los pájaros del mar lo desestiman y huyen,
sus listas de sonido, sus lúgubres barrotes
se levantan a orillas del océano solo.

Todos los críticos, comenzando por el editor de la versión de Cátedra, Hernán Loyola, ven en el poema un canto desesperado por la muerte, la falta de un amor y la soledad que se expresa mediante un paisaje marítimo. El nombre barcarola remite a un tipo de canción originaria de las góndolas venecianas y después extendida al mundo marítimo en general. Podéis escuchar aquí una de las más conocidas.

En general se acepta que en el poema hay ciertas "pulsiones eróticas". Por ejemplo en que el vaivén de las olas (que aparecen de manera explícita en el poema) junto a (supuestamente) el ritmo del poema es un rasgo erótico, queriendo señalar la similitud entre el movimiento de las olas sobre la arena y el de dos cuerpos desnudos. Antes de que me empecéis a criticar, esta idea no es mía, esta es la aceptada por la crítica: esto lo dices en clase de literatura y la seño asiente con la cabeza. Pero yo voy un poco más allá de esas pulsiones y esa es la opinión que me han castrado.

Vayámonos a las autoridades que han señalado que uno de los textos que influyeron a Neruda en la escritura de este poema sería "Song of Myself" de Walt Whitman. En ese poema encontramos la siguiente tirada de versos (traducción de esta página):

Recuerdo como nos acostamos una mañana transparente de estío,
Cómo apoyaste la cabeza sobre mis caderas y la volviste dulcemente,
Y abriste mi camisa sobre el pecho y hundiste tu lengua hasta tocar mi corazón desnudo,
Y te estiraste hasta tocarme la barba, y luego hasta tocarme los pies.


En este poema el corazón desnudo y las caderas de él se encuentran con la lengua de ella. Ella lo desnuda y se estira para tocarle la barba y luego los pies. Si le está besando el corazón, no llega a los pies con las manos, por lo que su cabeza tiene que estar algo más al sur del ombligo. De esta manera Whitman utiliza la metáfora del corazón para hablar de su órgano viril, más conocido como pene.

Esta misma imagen nos encontramos en "Barcarola", donde el poeta dice "si pusieses tu lengua como una flecha roja/ allí donde mi corazón polvoriento golpea". Éste no es el único elemento sexual del poema. Veamos el léxico relacionado con la amada: boca, lengua, dientes, trenzas, ojos. Todo partes físicas de la amada y tres de ellas relacionadas con la boca que, además, aparecen con verbos como "tocar" o "poner", bastante físicos también.

No solamente hay vocabulario físico en relación con ella, también con él; hay una buena cantidad de elementos fálicos en el textos: "tubo de aire", "botella echando espanto", "su prolongado son, su maléfico pito" "estéril, triste instrumento", "lúgubre barrote", "estandarte en naufragio". Sin embargo el falo se une a adjetivos o sustantivos negativos como hemos visto. Aceptando que en el poema hay un elemento sexual, éste se vería unido a la muerte. ¿Qué puede señalar que el sexo, vida, esté unido a la muerte?

En el poema aparece la palabra estéril y creo que es la clave. Al igual que en "Song of Myself", donde el poeta estadounidense disfrutaba de sus recuerdos, en "Barcarola" Pablo Neruda plasma una fantasía sexual. El sexo oral no puede crear vida, pero es que además ella no está presente en el poema, ella es el sujeto de verbos subjuntivos en frases condicionales como "si soplaras", "si existiera" o en el imparitivo "sopla". En varios versos se dice que ella es un fantasma, ella no participa directamente de la acción, del sexo, sino que alimenta las fantasías del poeta: "si tú soplaras en mi corazón, cerca del mar/ como un fantasma blanco/ al borde de la espuma". En plata, él se masturba pensando en ella haciendo una felación.

El agua ha sido desde la Edad Media un símbolo sexual, desde que la pobre Melibea se tenía que levantar a media noche a por agua porque tenía mucha sed. Por cierto, esto de Melibea tampoco es mío, es algo muy repetido por la crítica. La misma idea subyace a la metáfora del erotismo de las olas. ¿Qué debemos pensar cuando nos encontramos con esas "llamas húmedas quemando el cielo" o decir que la amada está "al borde de la espuma"? La cruda imagen de la eyaculación se hace plástica al decir que "la lluvia entraría por tus ojos abiertos".

¿Os sigo sin convencer, mentes níveas? So let's talk seriously porque no es que Neruda sólo leyese poesía en inglés, sino que fue su principal lengua de comunicación justo antes de escribir este poema, en su tiempo como diplomático en Asia. Además en sus poemas hay títulos en inglés, como el conocido "Walking around". A la luz de esto observemos los verbos "soplar" y "venir". Como me señala mi amiga Laura en inglés existe "Blow-job" pero también el verbo "to blow" se usa con el significado de "hacer una felación". Y el verbo "come" significa tanto 'venir' como 'correrse' y me refiero al sentido de 'eyacular', no me refiero a 'apartarse'. Como también me recuerdan en Latino America también se usa ese verbo con ese signifiado. ¿Cómo entendemos ahora el verso "alguien vendría, sopla con furia"? Pero si fuese eso ¿quién es ese "alguien"? Pues Hernán Loyola cree que es la representación del deseo. Yo estoy con él, sólo que yo lo hago más concreto: es la representación del orgasmo.

Podríamos seguir hablando sobre que aceptamos que la concha es sin duda el símbolo sexual femenino, el caracol debería ser el masculino; que todos los sonidos suenan como gemidos entre lo triste y lo exaltado; de que la metáfora de pene-corazón podría venir dada por la sangre, básica para ambos órganos; de otros poemas eróticos del autor chileno como "agua sexual" o de su agitada vida sexual en Asia. Pero como sé que no os estoy convenciendo, desisto. Barcarola es un poema de muerte y desolación.
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5 comentarios:

Jóse dijo...

Es bonito eso de tener ilusiones, pero... desengáñate, al caracol lo mató Quiroga.
Buenas noches.

José Calvo Tello dijo...

Cuando despertó, la caracola todavía estaba ahí.

Anónimo dijo...

Que curioso, mi padre escribió su tesis universitaria sobre Pablo Neruda y la Barcarola fue analizada en profundidad. No estoy de acuerdo con respecto a ciertas cosas que se han dicho, en general me parece que, como señaló mi padre en aquella tesis, la clave del poema está en el uso del condicional, de tal suerte que la voz poética imagina los eventos que ocurrirían si se materializara los deseos fervientes que dominan a dicha voz poética...en fin se podría seguir argumentando...Luis González luis.grover1971@gmail.com

Unknown dijo...

Las incursiones de Pablo Neruda en la sexualidad a través de su poesía son escasas y [casi] inexistentes. Pablo Neruda fue 1 hombre muy tímido y reprimido en lo sexual. Tuvo mujeres para no sentirse [tan] solo. Y tampoco lo consiguió. Otros poetas son mucho más explícitos en lo sexual, puesto que han incursionado con bríos en las sábanas. Si Neruda hubiera tenido más melena de león en lo sexual habría rugido [escrito] de otra manera. Pero no era 1 Rasputín ni 1 Juan Tenorio. Era tímido. Y huía de las mujeres apasionadas [q era lo q él quería] Así, siempre estuvo solo.

José Calvo Tello dijo...

Hola Hannibal:
puede ser que la lectura esté exagerada, la verdad es que hace tanto tiempo que no leo a Neruda...

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